El Greco a la sombra de Tiziano

El_Expolio,_por_El_GrecoEl Expolio de El Greco (1577-1579) 285 cm x 173 cm; en en la catedral de Toledo, España (foto Wikipedia en dominio público)

Este cuadro se encuentra en la sacristía de la catedral de Toledo y asombra a todo el que entra. Fue uno de los primeros encargos de El Greco en la ciudad. No le conocían los toledanos y tuvo que probar su maestría. Muchos pintores desconocidos ganan sus admiradores por un supuesto parecido de sus obras con las de un famoso. Así fue con El Greco y con este cuadro. “¡Qué maravilla!” exclamaba la gente. “¡Parece un Tiziano!”

Tiziano fue el pintor más célebre de Venecia y un favorito de la corte española. El Greco había llegado a España recomendado como uno de sus discípulos. Nadie sabe si de verdad estudió con el maestro pero trabajó durante diez años en Italia y se consideraba un pintor veneciano. Los prelados que encargaron el Expolio quedaron encantados. Lo grequiano aún no les fue visible.

En otro de sus primeros encargos, una obra mucho más ambiciosa, El Greco volvió a fascinar con los recuerdos pictóricos de los célebres pintores italianos.

La_Trinidad_(El_Greco,_1577-1579)La Trinidad (El Greco, 1577-1579) 300cm x 179cm; en el Museo del Prado, Madrid (foto Wikipedia en dominio público)

Incluía no solo varias pinturas sino también el retablo de madera dorada del que formaban parte. Se consideraba escultor y arquitecto, además de pintor. Cuando la obra fue expuesta al público, muchos exclamaron: “¡Es como un Miguel Ángel!”

De hecho, el gran Cristo muerto, robusto, bien podría ser un estudio de una figura de Miguel Ángel y por esto seguramente aplaudían la obra muchos toledanos.

Lo que opinaban de los colores un poco raros, el ángel de las gordas pantorrillas, y las nubes macizas, no se sabe. Se acostumbrarían a más peculiaridades en el futuro.

A continuación, El Greco ejecutó docenas de retratos de los nobles toledanos. Tuvieron gran éxito. “El hombre pinta tan bien como Tintoretto,” decían, mientras enseñaban sus retratos unos a otros. “O incluso, como Tiziano”.

Retrato_de_Vincenzo_Anastagi_GrecoRetrato de Vincenzo Anastagi de El Greco (foto Wikipedia en dominio público)

Y finalmente llegó su comisión mayor: el Entierro del Conde de Orgaz.

El_entierro_del_señor_de_Orgaz_-_El_GrecoEl Entierro del señor de Orgaz, de El Greco, 1587 (480 cm × 360 cm) ubicado en la parroquia de Santo Tomé de Toledo (foto Wikipedia en dominio público)

Fue la más ambiciosa de sus creaciones y en la que el maestro puso todo su ingenio. Incluía retratos de los nobles que habían suscrito la obra, a su plena satisfacción. “¡El mismo Tiziano no lo hubiera hecho mejor!” decían.

Nadie sabe hasta qué punto El Greco se hartaba de estas comparaciones. Había estado intentando desarrollar su propio estilo toda su vida y de hecho aparecía en todas sus pinturas, si bien de una forma algo escondida, incluso para él.

El Greco había nacido en Grecia, en la isla de Creta. Allí aprendió a crear iconos según la manera tradicional de la iglesia Ordodoxa. Era difícil hacer innovaciones en representaciones religiosas fijadas tan estrictamente por la tradición. “Un ángel se hace así,» le decían sus maestros, “y una Virgen así. Ya estás cogiendo la idea…”

El_Greco_-_St_Luke_Painting_the_Virgin_-_Google_Art_ProjectSan Lucas pintando a la Virgen y al Niño (antes de 1567). Temple y oro sobre tabla. Período cretense de El Greco (foto Wikipedia en dominio público)

Aunque llegó a dominar el oficio, el joven Greco no podía imaginarse como un simple artesano de iconos y, a los 26 años, se marchó a Italia. Necesitaba ver de cerca las famosas obras de arte de las que había oido hablar, conocer a los grandes artistas, y ser uno de ellos.

Aprendió rápido a pintar a la manera veneciana. Aquellos maestros representaban los cuerpos humanos con perspectivas insólitas. Los estiraban a veces para que fuesen más largos y con las cabezas pequeñas. Los situaban en ambientes extraños y empleaban colores claros y llamativos. Y, lo que le fascinaba aún más a El Greco, pintaban al óleo y con una libertad inimaginable para los maestros de iconos de Creta.

Sin embargo, después de casi diez años en Italia, aunque había logrado cierta fama como seguidor de Tiziano, no destacaba de entre tantos genios.

Y ahora, en España, en qué términos le valoraban? ¡Los mismos! Era un gran discípulo de Tiziano.

Para muchos críticos y durante largos años posteriores, El Greco nunca superó al veneciano; y precisamente cuando al final se distanció de todos los maestros de su tiempo, perdió su atractivo. Su primer biógrafo, Antonio Palomino, escribió lo siguiente:

“Fue gran pintor y discípulo de Tiziano, a quien imitó, de suerte que sus pinturas las equivocaban con las de su maestro, como se ve en muchas de las que ejecutó en España, y particularmente en Toledo, [tales como] el célebre cuadro del Expolio…, como también el Apostolado, que está en dicho sitio: pero sobre todo, lo acredita el cuadro del Entierro del Conde de Orgaz…Y lo cierto es que uno y otro cuadro parecen de Tiziano…

“Viendo que sus pinturas se equivocaban con las de Tiziano, [El Greco] trató de mudar de manera, con tal extravagancia, que llegó a hacer depreciable y ridícula su pintura, así en lo descoyuntado del dibujo, como en lo desabrido del color.”

Portrait_of_Antonio_PalominoAcisclo Antonio Palomino de Castro y Velasco 1653 -1726 (foto Wikipedia en dominio público)

Hay que decir que los toledanos no compartieron estas terribles críticas de las obras maduras de El Greco. Al inmigrante pintor griego le acogieron con respeto y cariño y le dieron, como en ningún otro lugar, la oportunidad de desarrollar su estilo. Y él se acomodó en su nueva ciudad como un hijo querido, enamorándose de una mujer española. Los gustos de los toledanos evolucionaron con su artista;  su obra fue cada vez más admirada.  Llegó a tener cientos de encargos. No sólo le pedían grandes lienzos para conventos e instituciones sino también pequeños cuadros para su devoción personal. La bella ciudad de Toledo sale en decenas de sus creaciones.

800px-El_Greco_View_of_ToledoVista de Toledo de El Greco (1604-1616) 121 cm × 109 cm (foto Wikipedia en dominio público)

Y al final, de Tiziano se olvidaron. Estas pinturas “extravagantes” y “despreciables” para Palomino fueron justo las más ingeniosas y personales de El Greco. Lo que ya buscaba la gente, incluso en las primeras obras toledanas, fueron las genialidades únicas del gran revolucionario.

800px-El_Greco_(Domenikos_Theotokopoulos)_-_Laocoön_-_Google_Art_ProjectEl Greco (Domenikos Theotokopoulos) – Laocoonte, 1610-1614 – Google Art Project  (foto Wikipedia en dominio público)

 

Fuentes

El Museo píctorico y escala óptica de Antonio Palomino de Castro y Velasco, 1724;   M. Aguilar, editor.  Madrid, 1947

La obra píctorica completa de El Greco en el Clásicos del arte, ediciones Noguer-Rizzoli, 1969.  Biografía y estudios críticos de Tiziana Frati

Catálogo de la exposición El Greco Toledo 1900 en el Museo de Santa Cruz, Toledo (9 de marzo-12 de julio, 2009);  editan el Ministerio de Cultura y la Junta de Comunidades de Castilla-la Mancha

 

 

 

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