Retrato de Leonardo da Vinci de Francesco Melzi (foto wikipedia en dominio público)
Tenía veintiseis años y envió su currículum al duque de Milán. “Le puedo ser muy útil,” decía, sin falsa modestia. Y, a continuación, detallaba los campos sorprendentes y variados en los que se consideraba cualificado.
Puede que fuera uno de los pintores más grandes, pero en esta carta valora casi todo por encima de la pintura. Por supuesto que fue una adaptación a las supuestas necesidades del patrón. Pero a Leonardo le fascinaba la guerra y es evidente que había dedicado horas y horas no sólo en imaginar y dibujar geniales máquinas de guerra sino en fabricar sus modelos.
He aquí su solicitud, parcialmente parafraseada.
Ilustrísimo Señor:
He estudiado los productos de los hombres quienes se consideran grandes inventores de máquinas de guerra y he visto que no son diferentes de las que se usan en todas partes. Por lo que quisiera presentar a su Excelencia mis propios secretos.
Un arsenal, dibujo de Leonardo da Vinci (foto wikipedia en dominio público)
1) Tengo puentes extremadamente ligeros y fuertes que pueden ser facilmente transportados. Haciendo uso de ellos, puede Vd. huir o perseguir al enemigo; y tengo otros, seguros e indestructibles por fuego y batallas, que se pueden levantar y colocar cómodamente. Además de métodos para incendiar y destruir los del enemigo.
2) Sé cómo sacar el agua de las trincheras durante un asedio y hacer una variedad casi infinita de puentes, vías cubiertas, escaleras, y otras máquinas relacionadas con tales expediciones.
3) Si el bombardeo de una fortaleza no es viable por su situación o porque sus defensas son demasiado altas, puedo destruirla, incluso si está construida sobre la misma roca.
4) Tengo morteros que son útiles y cómodos de llevar; y con éstos uno puede tirar guijarros casi como en una tormenta; y con su humo causar terror en el enemigo, para su gran perjuicio y confusión.
5) Para la batalla marítima tengo muchos tipos de máquinas, muy eficaces tanto para las operaciones ofensivas como para las defensivas; y naves que resistirán el ataque de los cañones más grandes, y pólvora y humos [¿buques acorazados?].
6) Tengo maneras de usar minas secretas y tortuosas y otras formas de alcanzar sin ruido un lugar designado, incluso si fuera necesario pasar por debajo de una trinchera o río.
Modelo de un tanque según un estudio de Leonardo da Vinci (foto wikipedia en dominio público)
7) [Los primeros tanques, de los que se ufanaba Churchill por financiarlos en la Primera Guerra Mundial] Puedo hacer carros cubiertos, seguros e imposibles de atacar, que cuando penetran las filas enemigas con su artillería, pueden destruirlas, por muy grande que sea su número. Y, siguiéndolos, la infantería puede avanzar sin heridos y sin obstáculos.
8) Si es necesario, haré cañones y morteros mayores del tipo al uso; y también variedades más útiles.
9) Si el bombardeo fracasa, inventaré catapultas y otras máquinas de maravillosa eficacia y fuera del uso común. Y, en resumen, según la variedad de casos, puedo inventar un sinfín de métodos ofensivos y defensivos…
Sólo al final de esta enumeración empieza a mencionar la arquitectura, la pintura, y la escultura.
Estudio de un caballo de Leonardo da Vinci, posible estudio para su gran figura ecuestre del Duque de Milán (foto wikipedia en dominio público)
10) En tiempos de paz, creo que puedo dar plena satisfacción e igualar a cualquier otro hombre en la arquitectura y composición de edificios, tanto los públicos como los privados, y en la conducción del agua de un lugar a otro.
11) Puedo llevar a cabo cualquier obra en la escultura de mármol, bronce, y arcilla, así como en la pintura, y mejor que cualquier otro como otro.
12) Haré un gran caballo de bronce dedicado a la gloria inmortal y honor eterno del Príncipe, su padre de feliz memoria, y de la dinastía de los Sforza.
Por si cualquiera de los artificios de esta carta pareciesen imposibles o irrealizables, con mucho gusto haré el experimento en su jardín o en cualquier lugar que su Excelencia considere oportuno; a quien me ofrezco con la mayor humildad.
Firmado
Leonardo da Vinci
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Grandes pintores y escultores 
