
Minos, detalle del Juicio final de Michelangelo (foto Wikigallery en dominio público)
Minos, el príncipe de los diablos. Es un fragmento del gran Juicio Final de Miguel Ángel, en la pared de la Capilla Sixtina del Vaticano. Según Dante, Minos decide el castigo de cada alma que llega al infierno.
Pero es, a la vez, un retrato, uno de los poquísimos pintados por Miguel Ángel, de Biagio da Cesena, maestro de ceremonias papal. Qué mala idea, ¿no?
Biagio le dijo al papa Julio II que el fresco, con todos sus desnudos, era más apropiado para una taberna o baño público que una capilla. Al enterarse, Miguel Ángel cambió la cara de su Minos por la de Biagio—o así va en la historia contada por Vasari, el biógrafo y amigo del pintor.
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